lunes, 11 de julio de 2011

Suicidio de un artista, por Carlo Jiménez

Es increíble cuanta lucha, cuan tan desmedida es la vida para lograr lo que noblemente se pretende.

Yo como artista solo pretendo eso, ser artista y no un mercader de elementos de “excelente calidad” donde el sueño de ser famoso, se confunde con el del éxito, cuando solo pretendo es difundir pasión y ser honestos en mis pretensiones profesionales.

Se preguntaran del título de esta nota. Realmente es que dan ganas de suicidarse, de pegarle un tiro a las ideas y realmente matarlas. Dejar tanta terquedad con la sociedad, con los elementos de consumo que nos exigen día a día mas realmente lo pienso, pienso en matar mis pensamientos, mis pretensiones profesionales y dejarme llevar por la corriente que los medios nos pone, seguir como insecto a la luz, algo más favorables y mas medibles en metal. Qué tristeza que nosotros, (me refiero a todos los que tomamos valor algún día, de dedicarnos a esta noble tarea de profesión) que tengamos que pensar, o contemplar la idea de dedicarnos a otra profesión, cuando se ha visto que un médico, abogado u otro profesional, apasionado, preparado, e integro tenga que cambiar su oficio. Un día quiero dejar de pensar en que mis deberes son con la comercialización de mi obra y si deberme a mi producción artística.

Realmente eso sería lo ideal y no lo digo solo por mi, pienso en mis amigos-colegas, veo tanto, pero tanto desasosiego en ellos, por sobrevivir, como en el mío propio.